Popster: Erwin Schrödinger

Popster: Erwin Schrödinger

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Pablo A. González

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Juama Garrido

Ser y no ser, esa es la cuestión.

Ser y no ser, esa es la cuestión.

Popster: Erwin Schrödinger

Una de las paradojas más antiguas de la teología se pregunta si Dios puede crear una piedra tan grande que él mismo no pueda levantar, pero como Dios estaba ocupado jugando a los dados con el Universo, el que tuvo que crear una piedra que no pudo sostener fue Erwin, el austríaco padre del felino más pop de la física.

Después de trabajar años en ingeniería eléctrica y electricidad y radiactividad atmosféricas, Schrödinger decidió que era tiempo de dejar las giladas y complicarle la vida a Plank, Einstein y Bohr, que trabajaban con una cuántica que todavía se hacía pis encima y se llevaba cualquier cosa a la boca.

Basado en el trabajo de de Broglie, que establecía que a toda partícula microscópica se le puede asignar una onda, armó one ecuación to rule them all (que pasaría a la historia con el coqueto y original nombre de ‘Ecuación de Schrödinger’) que lograba los saltos discretos de energía que necesitaban los electrones para cambiar de órbita.

Cuando vio que la física empezaba a ponerse un poquito dadaísta y que las Zucaritas de cuántica llevaban a tratar de explicar absolutamente todo en términos de estados de probabilidad, creó un gato y una caja para establecer que todavía quedan cosas por reconciliar entre el mundo de lo atómico y el mundo de lo macroscópico, y que las cosas eran más complicadas porque no se puede estar un poquito embarazada y porque un gato real no es un gato probable. Es un gato vivo, o un gato muerto.

‘No me gusta la la jodita de ver toda la cuántica como estados de probabilidad’, dijo, y me conquistó.