Popster: Apollo 11

Popster: Apollo 11

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Pablo A. González

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Juama Garrido

Houston, tenemos un póster.

Houston, tenemos un póster.

Popster: Apollo 11

Después de ser diosa, metáfora, reserva internacional de queso, musa y cascote, la Luna decidió que finalmente era el momento de ser suelo, y nos recibió como especie.

El 16 de julio de 1969, el Apollo 11 logró faltarle el respeto a la gravedad y arrimar a Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael ‘Designated Driver’ Collins hasta la segunda piedra gigante más famosa del Universo, siguiendo de cerca a la Movediza de Tandil.

Después de 4 días y de recorrer un par de cientos de miles de kilómetros, Buzz y Neil encontraron espacio para estacionar el Módulo Lunar en el Mar de la Tranquilidad, donde bajaron a estirar las piernas y probar que Galileo tenía razón con la jodita de que todos los objetos caen con la misma aceleración, independientemente de su peso. Cosa que probaron usando solamente una pluma y un martillo (y un viaje de cientos de miles de kilómetros).

Michael, a todo esto, orbitaba la Luna en el Columbia, la ñata contra el vídrio, en un azul de frío que sólo fue después viviendo igual al mío.

Después de solamente 2 horas y 31 minutos, Buzz y Neil volvieron al Eagle y despegaron para reunirse con el Módulo de Mando y encarar una vuelta larga con 21 kilos y medio de rocas lunares y la seguridad de tener que pasar el resto de su vida jurándole a un enjambre de foristas de internet que sí, que posta habían hecho todo el viajecito.