Gato Porteño

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El Gato y La Caja

Algo que no esperamos leer de gente que habla de ciencia es ‘En breve hay elecciones’. Pero bueh, resulta que realmente creemos en esto de que la ciencia es parte de la cultura así como en que lo que con ella se hace repercute (o podría, y hasta DEBERÍA repercutir) positivamente en la calidad de […]

Algo que no esperamos leer de gente que habla de ciencia es ‘En breve hay elecciones’. Pero bueh, resulta que realmente creemos en esto de que la ciencia es parte de la cultura así como en que lo que con ella se hace repercute (o podría, y hasta DEBERÍA repercutir) positivamente en la calidad de […]

Gato Porteño

Algo que no esperamos leer de gente que habla de ciencia es ‘En breve hay elecciones’. Pero bueh, resulta que realmente creemos en esto de que la ciencia es parte de la cultura así como en que lo que con ella se hace repercute (o podría, y hasta DEBERÍA repercutir) positivamente en la calidad de vida de todas las personas.

Habiendo dicho esto: en breve hay elecciones.

Esto nos ilusiona y nos genera ansiedad. La ilusión viene de entender que somos parte del proceso democrático, cosa que no puede más de hermosa, pero al mismo tiempo nos genera incomodidad ver que ningún candidato se haya pronunciado claramente sobre cuál es el lugar que se le va a dar a la ciencia en su plan de país (o provincia, o ciudad, o municipio), y por el que básicamente nos pide a todos que le hagamos la gamba, votándolo.

No hace demasiado releíamos un informe de la Universidad Nacional de Córdoba sobre cuáles son nuestros motivos a la hora de elegir un candidato y apoyarlo. SPOILER ALERT: sus propuestas no suelen ser lo que evaluamos, sino que va por el lado de si nos cae bien o no. O sea que seguimos votando impulsados más por lo visceral (digamos ‘alimbicados’, para ubicarlo en algún neurobarrio) que por lo analítico (porque, claro, si el neocortex nos trajo hasta acá, lo mejor que podemos hacer es darle la menor cantidad de pelota posible).

En estos días vimos pasar una petición impulsada por un investigador argentino para que los candidatos a Jefe de Gobierno de la Ciudad fuesen explícitos respecto de su propuesta para política científica. Lo más interesante de la propuesta es que no se limita a pedirle a un partido en particular que muestre este plan claro, sino que se lo pide a todos los candidatos con intenciones de acceder a dicha jefatura.

Este pedido toma su forma en la de un formulario de change.org, una de esas cosas que te manda tu tía y que casi nunca llegan a nada. Pero nosotros creemos mucho en la internet (al punto de concebirla como uno de los inventos más maravillosos de la historia de la humanidad), y en una de esas, si mucha gente empieza a hablar del tema, este hablar se convierte en votos y estos candidatos se dan cuenta de que existe un sector de esa población que vota que quiere saber exactamente qué lugar pretenden que la ciencia tenga en la construcción de nuestra sociedad, no sólo a nivel investigación sino a nivel de aplicación política. Porque, si tenemos gente mega capacitada, capaz sería piola empezar a llamarlos a la mesa a la hora de tomar decisiones que nos afectan a todos.

Si hay algo que bancamos desde el primer día y de lo que estamos muy orgullosos, es que este proyecto nos sirvió para entender cómo funciona una comunidad y reencontrarnos con la idea de un diálogo constructivo, basado en la evidencia y en la posibilidad de atacar ideas no con el objetivo de destruirlas, sino de mejorarlas.

Lo genial de las redes sociales es que directamente podemos arrobarlos, y si suficiente gente lo hace, quizás hasta nos responden. Así que invitamos directamente (y en redes sociales los estamos arrobando) a los cinco que vienen más arriba en la pelea: Recalde, Larreta, Lousteau, Bregman y Zamora a que se copen y nos cuenten exactamente qué posición van a tomar y qué medidas prevén para que la Ciudad de Buenos Aires haga una ciencia de calidad y en contacto con la sociedad.

Siempre es un buen día para intentar contagiar esta voluntad de construir algo un poco mejor para tanta gente como sea posible, y el camino más claro que nosotros encontramos hoy tiene que ver con tratar de que el diálogo sea abierto y las decisiones fundamentadas..

Necesitamos propuestas claras y con sustancia no sólo para evitar repetir errores del pasado, sino para empezar a acertar muchísimo más seguido.

Esperamos ansiosos una respuesta, incluida la no respuesta, que es respuesta.

Más ciencia es más libertad.

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