Breve Atlas | Historias

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Javier Goldschmidt

Queríamos conocer esas historias que todavía no escuchamos, así que le pedimos a un montón de gente que las cuenten. Acá van las que pudimos chequear con las fuentes que dejaron, pueden votar las que más les gusten comentando UNICAMENTE con la palabra que aparece antes de cada historia. Las tres más votadas se llevan […]

Queríamos conocer esas historias que todavía no escuchamos, así que le pedimos a un montón de gente que las cuenten. Acá van las que pudimos chequear con las fuentes que dejaron, pueden votar las que más les gusten comentando UNICAMENTE con la palabra que aparece antes de cada historia. Las tres más votadas se llevan […]

Breve Atlas | Historias

Queríamos conocer esas historias que todavía no escuchamos, así que le pedimos a un montón de gente que las cuenten. Acá van las que pudimos chequear con las fuentes que dejaron, pueden votar las que más les gusten comentando UNICAMENTE con la palabra que aparece antes de cada historia.

Las tres más votadas se llevan un Breve Atlas Anecdótico de la Ciencia de regalo. La más, más, más votada se lleva the one pin to rule them all, edición limitadísima. Hay tiempo para votar hasta el viernes 19 de julio.

 

1. Tarda en llegar

Autor: Nicolás Aguiar

La Guerra anglo-estadounidense fue un conflicto armado que sucedió entre 1812 y 1815. Si bien en 1814 se firma el tratado de paz, irónicamente, debido a la lentitud de las comunicaciones, la guerra se prolongó hasta el año siguiente, cuando finalmente las tropas se enteraron que la paz ya se había firmado. No había whatsapp.

 

2. Elemental

Autor:Jesús Ramírez Gamboa

La actriz Mariette Hartley puede presumir no sólo de haber aparecido en series como Star Trek, NCIS o Law & Order, o de ser una activista para la prevención del suicidio, sino de tener un abuelo materno famoso… al menos en el mundo académico.

Lo curioso es que John B. Watson (que así se llamaba el abuelo) pudo no haber sido el mejor abuelo del mundo. De hecho, se separó de Mary Ickes (la abuela de Marietta) en 1921 después de un tortuoso proceso de divorcio que inició cuando Mary, motivada por la sospecha, se coló en la habitación de Rosalie Rayner y encontró hasta diez cartas de amor firmadas de puño y letra por el psicólogo.

¿Quién era la Rosalie? Vayamos hasta diciembre de 1919: Watson iba a comenzar una serie de experimentos y recibió a Rayner como su asistente. Corrieron juntos el famoso experimento del Pequeño Albert, en el que ‘implantaron’ un miedo a los conejos mediante condicionamiento clásico en un pequeño rechoncho de ocho meses. Pero eso no fue lo único que ocurrió en el laboratorio de Watson entre diciembre del 19 y marzo del 20. Corren los rumores de que Mary Ickes encontró no sólo las cartas, sino evidencia de que Watson y Rosalie habían comenzado a estudiar la sexualidad humana en el laboratorio. Mary destruyó los datos e inició el proceso de divorcio, que terminó el 24 de diciembre de 1921; Watson y Rosalie se casaron una semana después y permanecieron juntos hasta la muerte de ella en 1935.

 

3. Vino pesado

Autor: Danilo De Queiroz Prado

En la época del imperio romano se usaban levaduras naturales para hacer vino, lo cual le daba un gusto sumamente ácido. Entonces, los fabricantes de vino para contrarrestarlo le agregaban sapa, que era un edulcorante que se hacia hirviendo jugo de uva en un recipiente de plomo. El gusto dulce del edulcorante se debía al “azúcar de plomo”, lo que ahora conocemos como etanoato de plomo(II). Este edulcorante también se utilizaba en la preparación de alimentos. La utilización de este edulcorante producía enfermedades mentales y esterilidad en la población y en sus gobernantes. La inestabilidad mental de los emperadores romanos(los cuales escabiaban vino todo el día) contribuyo de manera muy importante a la decadencia y caida del imperio romano. En resumen, la caída de uno de los imperios más grandes y reconocidos de la historia se debió a que el vino estaba ácido.

 

4. Música para volar

AutoraAnna Guillermina Sarmiento

Estaba leyendo curiosidades sobre música y de repente lei: “la astronauta que musicalizó el infinito”. Después de ese título claramente hice click en el link y descubrí que en 1993 la Dra. Ellen Ochoa se puso a tocar la flauta traversa en su nave mientras intentaba no flotar por toda la cabina. Una licenciatura en ciencias físicas, un máster en ciencias, un doctorado en ingeniería eléctrica…todo para tocar música clásica en el espacio con gravedad cero. Eso se llama tener estilo. Bueno y en la misión obvio también hizo estudios sobre el comportamiento del sol pero la flauta le roba protagonismo.

 

5. Congelamiento

Autor: Santiago Ahumada

Era el invierno de 1959 cuando Buddy Holly, a los 22 años, comenzó su gira en un colectivo que, poco a poco, se caía a pedazos. Sin calefacción y sin las condiciones necesarias para soportar el frío, la banda decidió contratar un servicio aéreo privado para el resto de su gira. J.P. Richardson, un músico que se había unido al tour, enfermó y le pidió al bajista, Waylon Jennings, su lugar en el avión, él aceptó. Al momento de avisarle a Buddy Holly que viajaría en el colectivo, el cantante, riéndose, le dijo: “Espero que se te congele en el medio del camino”. Jennings, le contestó: “Entonces, yo espero que tu avión se caiga”. Se cayó. El piloto perdió el control poco después del despegue y se estrelló sin dejar sobrevivientes. Desde entonces, ese día, el 3 de febrero de 1959, es recordado como “El día que la música murió”.

 

6. Cañoncitos

Autora: Luciana Micaela Salgueiro

Creo que disfrutaríamos aún mas de nuestras facturas si supiéramos el origen de sus nombres. La cosa es que a fines del siglo XIX, el gremio pastelero en Argentina era de mayoría europeo y anarquista: anti clerical, anti milicia y anti estatal. Entre huelgas y persecuciones ideológicas, a los panaderos se les ocurrió burlarse de las instituciones opresoras poniéndole simpáticos nombres a sus manufacturas: vigilante, suspiro de monja, bola de fraile, sacramento, cañoncito. Porque al poder se lo destruye o se lo come. O ambas.

 

7. Jeroglíficos

Autor: Gabriel Blanco

Jean-François Champollion desde chico visitaba a Joseph Fourier, quien había formado parte de la expedición de Napoleón Bonaparte al Cairo y ahí leía las historias de viajes a tierras lejanas llenas de criaturas míticas y escrituras extrañas. Desde ese momento, a la edad de 12 años, se convenció de que él los descifraría. Dedicó toda su vida al estudio de los egipcios, a decodificar el significado de los jeroglíficos, tanto que él mismo inventó esta palabra. En el año 1828, mucho tiempo después de sus visitas al despacho de Fourier, Champollion realizó su propia expedición donde por primera vez se encontró frente a la imponente arquitectura egipcia y pudo leer las inscripciones en los templos como si fuese su lengua natal.

 

8. Caballos en lugares

Autor: Leonardo Verón

A los 21 años Martin Güemes tomó un barco inglés (el Justina) en el Rio de la Plata…a caballo.

 

9. Todo suma

Autora: Iara Cantore Pasero

A comienzos del siglo XX en Alemania un caballo llamado Hans dio mucho que hablar, ¡podía resolver problemas aritméticos y escribir palabras! Su dueño Wilhelm von Osten había pasado 4 años enseñándole.

Prodigioso Clever Hans, respondía a las sumas propuestas golpeando el suelo con uno de sus cascos. También podía sumar fracciones, determinar divisores, memorizar el calendario del año entero y mucho más. La élite del mundo científico de la época estaba imprecionada, llegaron a firmar una curiosa declaración jurada, donde certificaban que las hazañas eran reales y no producto de un engaño.

Para descubrir lo que estaba ocurriendo Oscar Pfungst tuvo que idear toda una serie de experimentos, por ejemplo dos personas debían susurrar cada una un número en la oreja del caballo para que este sume, y allí Der kluge Hans fracaso estrepitosamente. La conclusión fue que la habilidad de Hans consistía en detectar movimientos minúsculos de la cabeza o las cejas, incluso cuando el investigador intentaba parmanecer neutral.

“Clever Hans” cambio el método científico, fue necesario diseñar experimentos rigurosos donde se eliminará la incluencia de las expectativas del investigador.
También tuvo efectos negativos, ¡irónicamente, cualquier sencilla demostración de la competencia numérica en animales hizo que los científicos arquen sus cejas con el mismo gesto que le servía como pista a Hans! La comunidad científica se volvió prejuiciosa.

 

10. Llegamos

Autor: Claudio Horacio Sánchez

A 50 años de la llegada del hombre a la Luna todavía persisten las posturas negacionistas que afirman que eso nunca pasó, que todo fue una puesta en escena en el marco de la Guerra Fría y que las imágenes que vimos por televisión fueron creadas en estudios con actores disfrazados de astronautas. Curiosamente, esto último es parcialmente cierto.

Durante la misión Apolo 12, el astronauta Alan Bean, piloto del módulo lunar, apuntó con su cámara directamente al sol y la dejó fuera de servicio cuando solamente habían pasado cuarenta minutos de transmisión. Para reemplazar las imágenes de la caminata lunar la cadena CBS emitió una dramatización con actores. Y la NBC hizo lo mismo con marionetas que se movían al compás del relato de los astronautas, cuya transmisión no fue interrumpida.

Estas marionetas eran operadas por Bil Baird, famoso marionetista norteamericano de amplia trayectoria en el cine, el teatro y la televisión. Fue el creador de las marionetas de El pastorcito solitario, la obra que los chicos Trapp representan para su padre en La novicia rebelde.

El espectáculo de Baird tuvo tanto éxito que la NBC recurrió nuevamente a él durante la misión Apolo 14. Muy pocos televidentes se dieron cuenta de que lo que estaban viendo no eran astronautas de verdad.

 

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